Recientemente escuché lo que me pareció lo más triste en todo el universo: ¿Qué tan mal tiene que estar una persona para sentir que no merece ser feliz?
No es que yo sea la persona más feliz del mundo, o que viva en una burbuja rosa donde todos convivimos, reímos y soñamos, pero definitivamente me parece triste y hasta fracasado el hecho de que una persona esté tan mal como para realmente creer que no merece ser feliz.
Me propongo firmemente indagar sobre las razones que llevan a la gente a semejante conclusión, que realmente me tiene intrigada la verdadera razón.
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