viernes, 20 de mayo de 2011

El Transporte Público











Transporte Público ¡No me gusta cómo suena eso!



En fin, nunca había tenido la necesidad de utilizar el transporte público y ni quería; tenía la vaga idea de que era para la gente que no tenía automóvil, no podía pagar un taxi o no podía pagar la gasolina de su auto y hoy me doy cuenta de que estaba en un ERROR.


Por razones de seguridad no puedo decir de dónde vengo, pero sí les puedo decir que mi destino final está bastante retirado de casa y viajar en auto implica un laaaaaaaaaaaaaaaargo trayecto de "acelerador, freno, freno freeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeno, acelerador, freno..." en el caso automático, ya ni me quiero imaginar Standar. Los primeros días estuvo bien, pero comencé a desesperarme del maldito tráfico, pan de cada día en la Ciudad de México.




Como pasaron los días -que no fueron muchos- llegué a mi mayor estado de alteración física y mental: llegaba muy cansada a trabajar, de malas, con dolor de cabeza por la gran cantidad de cláxons, me dolía la espalda y otros cuantos malestares de los que hasta me da flojera escribir...



Fue entonces cuando mi madre me dio la opción de usar el Transporte Público:




-¿Transporte Público? NOT! NEVER IN THE WORLD! EWWWW! Noooooooooooooooooooo!!! BYE!- y otras cuántas expresiones más pasaron por mi mente y terminaron en mi boca.




Lo pensé todo el día, por un lado tenía seguir con mi tráfico de todos los días, en el que sin duda iba a seguir sufriendo de todo lo anterior y por el otro tenía la opción del Transporte Público, que nunca había utilizado y que no quería utilizar.


Al otro día me encontré en el dilema: Auto o Transporte Público y como pesó más mi odio y repulsión hacia el tráfico, me decidí por el Transporte Público.





Debo confesar que al inicio tuve mucho miedo, jamás lo había utilizado y no sabía ni por dónde entrar, a pesar de las indicaciones de mi adorada madre, así como tampoco sabía qué tipo de gente me iba a encontrar, a qué iba a oler, cómo lucía por dentro y otros detalles.



Mi primera impresión no fue la mejor: puestos ambulantes, olor a grasa de comida -SÍ, A LAS 7:00AM- gritos de "llévelo, llévelo" y el piso de la calle un poco sucio, pero poco después las cosas fueron cambiando. Al entrar en la estación me vi rodeada de gente perfumada y arreglada para ir a su trabajo, a la escuela, o que simplemente iba de paso y todo mejoró al caminar por los pasillos que se encuentran en perfecto estado: completamente limpios y con suficientes señalamientos para tomar el vagón correspondiente. A pesar deesto, como soy un poco tontis, tuve qué preguntar algunas cosas, porque no estaba completamente segura de lo que tenía que hacer, así es que me acerqué primero a los policías, quienes muy amablemente me dieron instrucciones claras y después a la gente que se encontraba en los andenes, quienes de igual forma me ayudaron a llegar al anden correcto.




El Metro superó por mucho mis espectativas cuando al entrar al anden correspondiente me encontré con que a ciertas horas -HORAS PICO, para ser exacta- hay una separación en el vagón donde sólo viajan mujeres. Esto fue lo mejor, porque así viajé lo más cómoda posible, sin tener que cuidarme de uno que otro puerquillo...



Cuando llegué a mi destino en Metro, proseguía subir a un Camión que me dejara en mi trabajo o lo más cerca posible. Ya en él me llevé la sorpresa de mi vida: toda la gente iba a la misma calle que yo y todos vestían de traje -en el caso de los hombres- o muy formales y en zapatillas -en el caso de las mujeres- y me sorprendió la gran diversidad de clases sociales que utilizan los camiones con tal de evitar manejar en el tráfico.






Finalmente, el Camión me dejó en mi destino: justo enfrente de mi trabajo, y me impresioné bastante al enterarme de que ese medio de tracción que me dejó ahí es un servicio exclusivo de 6:00am a 11:00am, precisamente para llevar a toda la gente hasta la puerta de su trabajo ¿Qué NICE! ¿Saben que ahorré bastante TIEMPO, DINERO Y ESFUERZO?


¡Sí! Gasté sólo $13.00 pesos M.N. de ida y tan sólo $8.00 pesos M.N. de regreso y me ahorré UNA HORA de camino.


Ya para finalizar mi relato, les puedo decir que lo malo de este servicio es que MUCHÍSIMA gente usa el metro -jajaja- y decir que vas en el metro como sardina se queda corto a comparación de como realmente vas. Otro punto es que cuando vas caminando por ahí, siempre hay uno que otro PINCHE CERDO que te grita nacadas como "mamiiitaaaa", "sabrosaaaaaaaaa", "aaaayyyyy", etc., lo cual si me causa bastante asco y repulsión, pero si los ignoras puedes seguir por tu camino tranquilamente. Por otro lado, también hay muchos vendedores ambulantes que ofrecen muchas chucherías, y que si eres tragón como yo acabas gastando tu salario en ellas -jajajaja-.





Por lo anterior, puedo concluir que AMO EL TRANSPORTE PÚBLICO y lo recomiendo ampliamente a todos los capitalinos que como yo ya están hasta la destaaa del tráfico. La moraleja es que NO JUZGUEN SIN CONOCER y que dejen de lado LOS PREJUICIOS, sé que suena muy trillado, pero es la verdad, por adoptar las ideas de la demás gente uno puede perder muchas cosas en la vida y yo soy un claro ejemplo: perdía una hora de mi vida en el tráfico por prejuiciosa pudiendo aprovecharla en otras actividades.




Tomen esto en cuenta ytengan un bonito día.,


Besitos,

Grace.

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